sábado, 5 de abril de 2014

La grande Armada del Adelantado 1596

Artículo histórico de Rafael Lema


En un trabajo realizado por mi sobre la armada que Martín Padilla perdió el 18 de octubre de 1596 en el paso del cabo Fisterra pude analizar por primea vez la lista completa de bajas. La revisión de los legajos del Archivo General de Simancas, sala de guerra (A4º, N.1267), fue una de las fuentes de este estudio, así como una lista de posibles ubicaciones de pecios en varios puntos de nuestro litoral. 25 barcos se hundieron en Fisterra. En el recuento del informe del oidor don Luis de Molina y del capitán don Pedro de Esquivel podemos ver la magnitud de los hechos.

 El tonelaje de los navíos, los soldados y marinos embarcados, los caídos, los supervivientes. 2063 soldados embarcados y 797 marinos. 1706 muertos entre soldados y marinos. Y 17 capitanes y oficiales perdidos. Se hallaron 1691 supervivientes. El análisis uno por uno da una dimensión mayor de la tragedia que los datos generales. No sólo fue el mayor desastre naval de Galicia sino que 7 de los galeones superan los cien muertos y 4 están entre los mayores naufragios de nuestra historia. Santiago de SM (307 muertos), Nao Anunciada (243), Angel Gabriel de Paulo Veira (174), David de Pedro Frías (163).

El desastre de esta escuadra dio fama a Finisterre y a Corcubión. Lo atestigua Francisco Manuel de Melo en 1626 en sus Epanáforas: “Corcoviao, cujo nome he tristemente famoso pella perda, que naquella costa fez a Grande Armada do Adiantado, Así lo palpa Pedro Teixeira en 1622 cuando realiza su cartografía del reino con una técnica novedosa. En el trazado del cabo Fisterra, además dibuja dos galeones, uno de ellos hundiéndose de proa, primer testimonio gráfico del siniestro. Los capitanes de infantería embarcada caídos en la Armada del Adelantado son asimismo de linajes con abolengo militar.


El capitán Juan Espinosa procede de una estirpe de bravos oficiales de los tercios de la época y a su vez veterano militar navarro. Juan de Espinosa es soldado de la compañía de los capitanes Alonso de Cosyagua y Juan de Collazos en 1580. Parientes son Francisco de Espinosa, alférez en 1587, en la armada de Padilla. Tomás Espinosa es caballero de la casa del duque de Medina Sidonia en el galeón San Martín en la Invencible en 1588. Jerónimo de Espinosa, depositario de la famosa galera Bazana de Portugal en 1594, y veedor de las galeras de España 1623,1631. La Bazana se refugió en Muxía en junio de 1588, con la Invencible. Alonso de Espinosa, capitán en 1597. Andrés de Espinosa fue artillero mayor en la guerra de Granada de 1571, en donde participa Padilla.

Como artillero de la armada del Adelantado Pero Méndez de Avilés, en 1573, solicita ir a Indias. El Adelantado, primer gobernador de la Florida y gobernador de Cuba había sido requerido por Felipe II para mandar una armada para atacar Inglaterra, pero muere en 1574 en Santander. Hernando de Espinosa, será alcaide de la fortaleza de Pamplona en 1573. Juan Rodríguez de Espinosa es vicario de la expedición a las Marquesas de Mendaña y Quirós, y muere en 1595 bajo el mando de la gallega Isabel de Barreto. Jerónimo de Espinosa es oficial real en Puerto de Santa María en 1616. En 1664 José de Espinosa es capitán de artillería de las galeras de España. En enero de 1666 es capitán de mar y guerra de la galera Santa Teresa.


El capitán Pedro Pazos de Figueroa, de reputado linaje gallego y destacado en el mando en la armada de Portugal, mandando a otros gallegos. A Pedro Pazos de Figueroa, capitán, teniendo en consideración lo bien que ha servido, se le señalan en la armada de Portugal 20 escudos al mes de entretenimiento en 1587, en las galeras al mando de Padilla. Con su capitán general participará en los hechos de la defensa de Lisboa, la batalla naval de Almería. Otro familiar, Gregorio de Pazos, sirviendo en Galicia en su compañía tomó dos moros en 1581. Se supone que corsarios de un bajel berberisco. En la Invencible hay un sargento Bernardino de Figueroa a bordo del galeón Santiago de Flores. En el mismo barco, un Dionisio Irlandés.Diego Gómez de Castrexón, castellano, es otro capitán muerto.

Hay un Franciso Castrexon como capitán del tercio embarcado en la Invencible a cargo de 78 soldados en 1588. Juan González de Castrexon, Inés de Castrexón (1578) emparentaron con los señores de Cadreita en Aragón y Navarra. De la segunda desciende el marqués de Cadreita, mayordomo real y general en propiedad de los galeones de la plata de Indias, Lope Díez de Aux de Armendáriz. Este linaje ostentó numerosos cargos en el Nuevo Reino de Granada. El capitán sevillano Andrés López de Valencia tiene también familiares destacados en la milicia y en las órdenes militares. Francisco Valencia, caballero de la Orden de San Juan, bailío de Lora en 1597. Visita el fuerte de Mazarquivir en 1572. El capitán leonés Diego de Santa María tiene familiares en la intendencia. Rodrigo de Santa María reconoce pagos a la compañía del capitán Quiñones en Toro en 1587. Bernardino de Santa María, paga sueldos de galeones de Indias en 1586.


El capitán de caballos Juan de Rueda con su presencia confirma la existencia de un cuerpo de caballería embarcada en este grupo de galeones. Los caballos irían en barcos tipo urcas, que podían llevar quince equinos, como la urca David Chico en la Invencible. En la Armada Invencible de 1588 hay un Juan Fernández de Rueda a bordo de la urca Santa Ana. En 1619 el licenciado Juan de Rueda obtiene patente de auditor del tercio del maestre de campo Luis de Córdoba. Al igual que los anteriores, tenemos presencia de su linaje castellano en los tercios. Francisco Rueda, soldado en Navarra en 1572. Francisco Rueda escribano público en Vitigudino en 1587. Andrés Mateo Rueda será propuesto para capitán en 1623. Otro Francisco Rueda será alcalde ordinario en 1659. Juan de Rueda teniente regimiento de caballería en 1708. Pedro Andrés de Rueda, alférez de caballería en 1711. El comisario de muestras de la Armada del Mar Océano Pedro Navarrete, andaluz, tiene asimismo parientes en puestos similares de la intendencia militar. Pedro García Navarrete fue alcaide de Orán. Baltasar de Navarrete, 1581-90, veedor de bastimentos de Lisboa, tenedor, mayordomo de artillería; estará en intendencia en la defensa de la ciudad lusa contra los ingleses en donde destacará Padilla. Muere en 1591. Lope de Navarrete era veedor de la escuadra en 1572, con Padilla y Juan de Austria.


En la Invencible de 1588 va Juan Navarrete como entretenido, a sueldo. Luis Navarrete, alférez en 1594. Habrá un Navarrete de Úbeda en la Orden de Calatrava (1700). Alonso Navarrete era caballero de Santiago en 1587 y maestre de campo del tercio de Sicilia. Su linaje procede de Baeza y Guadix. El destacado capitán Alonso Navarrete sirve con don Álvaro de Bazán el Viejo en la batalla de Muros en 1543. Había servido ya con el Tercio de Sicilia, desde que reembarcó ante Argel (3.XI.1541) hasta que desembarcó en Cataluña en septiembre de 1542. Había acudido a la jornada argelina desde Orán, con un grupo de voluntarios de aquella plaza, a la que no pudieron retornar. Aunque sirvió en él como agregado (es decir, sin sentar plaza), lo hizo con distinción, razón por la que el virrey Gonzaga solicitó para él, y para el alférez Pedro Muñoz, una recompensa por su actuación en las playas argelinas.

Se separó del tercio porque se esperaba un contingente oraní para reforzar la guarnición de Barcelona, pero acabara éste de llegar o no, lo cierto es que acabó sirviendo de capitán en el nuevo tercio que se formaba para la Armada de Poniente de Álvaro de Bazán. El caballero de la Orden de Santiago Domingo de Berea o Verea es el primero de este linaje hidalgo gallego que conocemos en la armada. Pero en otras épocas sí hay referencias de descendientes. En su caso se trata de un caballero de una de las órdenes militares que se unían a los tercios y a los aliados integrados en cuerpos de la armada. Gregorio de Verea, alférez en Galicia en 1711. José Verea, cadete regimiento infantería de Aviñón en 1811. Antonio Vázquez de Verea, caballero de Santiago, enterrado en la catedral de Barcelona en 1732. Pedro y Vicente Verea y Aguiar, nobles gallegos en 1762. Los Verea, del pazo de Castro en Lugo, cuentan con la provisión de hidalguía de Elena Verea Corcuera casada con el XXII conde de Teba.



IRLANDESES DE PADILLA


Después del desastre de 1596, Padilla verá frustrado por el temporal otro intento de atacar las costas inglesas, en Gales, en 1597. En 1601, ya con Felipe III, manda una expedición de apoyo a los rebeldes irlandeses, pero tiene que regresar por el mal tiempo.
En la Armada de Padilla iban también barcos con patrones y militares irlandeses, como el patache


El domingo irlandés, de 60 tn, hundido en Fisterra, con 26 soldados y 14 marinos. Tuvo 19 muertos. Las unidades menores contaban con sargentos y alféreces ejerciendo como capitanes. Capitanes irlandeses de infantería muertos en este siniestro fueron Carlos de Cremer, Enrique Riand y Roberto Lasey. Son apellidos de familias distinguidas en su lucha por la independencia irlandesa y la religión católica, en el apoyo a la causa del rebelde Hugh O´Neill conde de Tyrone, levantado en armas en 1594 contra la reina Isabel de Inglaterra, o de Red O´Donnell. En el ejército español tendrán una larga ascendencia las sagas irlandesas. Hay un Francisco Cremer del regimiento de Gueldres en 1709. Y el apellido va a dar capitanes y maestros en la mercante de Bretaña en los siglos siguientes. Un obispo Ryand exiliado en 1590. Los Lasey, Lacey o Lacy son nobles y aparecerán durante siglos en nuestro ejército.


 Por ejemplo, en la Invencible de 1589 tenemos ingleses e irlandeses en la armada. Supuestamente los primeros católicos exiliados. Ingleses son Rafael Asal y Guillermo Bnin. Dionisio Irlandés en el galeón Santiago de Flores. Aunque es probable que alguno sea católico inglés, como entretenidos a sueldo en la Armada (algunos con criados) hallamos una buena relación de militares irlandeses en la Invencible: don Carlos O´Conor (2 criados), Tristan Uniglade, Tomás Gauldino, Ricardo Burley, Juan Burner, Pedro Marley, Ricardo Siton, el capitán Paulo Crisler. En la Invencible hay un sargento gallego, Bernardino de Figueroa, a bordo del galeón Santiago de Flores y el mismo barco, un Dionisio Irlandés. En la Grande Armada irán muchos ingleses e irlandeses como prácticos y también sacerdotes.


A Coruña jugará un papel principal en el trasiego de flotas a la isla y en el traslado de exiliados irlandeses. En el espionaje filipino jugarán un papel clave sacerdotes y jesuitas. También en la instrucción de los hijos de nobles irlandeses y de católicos ocultos ingleses. En la Invencibe van 180 religiosos de diversas órdenes. En la Armada de Padilla van también jesuitas, al menos nueve en los barcos perdidos en Fisterra. Dos de ellos están enterrados en la iglesia vieja de Sardiñeiro, de la que solo quedan los cimientos. Iban en el galeón San Jerónimo o Capitana de Ivella. El anillo de uno de ellos se conserva en el castillo de San Antón. 170 náufragos de este barco se salvaron gateando por un palo, alcanzando la costa.


Sacerdotes destacados en esta lucha y en el exilio gallego fueron Cornelio O´Buril, que en 1582 viaja a Roma. Sean O´Neill en 1616 es comandante de regimiento en los tercios de Flandes. Roberto Strong carga en Guipuzcoa un navío, Santo Domingo, en 1587. Guillermo Struckley, hijo del marqués de Leinster, se halla en la armada en 1587. Thomas Lisacte es capitán de arcabuceros en 1589. En1603 hay una arribada masiva de irlandeses a galicia para ponerse al servicio de rey. Son al principio tropas mercenarias pero una vez alguno es nombrado capitán debe jurar fidelidad al rey español. Y en 1604 están enrolados Cornelio y Dormicio Sullivan. Irlandeses de baja nobleza primero, y luego de alto linaje, se exilian e incorporan a la armada y ejército español. En su lucha contra Inglaterra y por la causa católica pretenderán un feudo español en Irlanda, colocando a su reino como súbdito de Felipe II. Richard Burke recoge a mas de 200 irlandeses para la armada y presidios en Galicia, con barcos propios. Burke y Hugo Mosteyn en 1604 tenían tropas cualificadas para la armada de la mar. Las crónicas de la época recogen la ferocidad de estas tropas, tratados por sus enemigos como salvajes y sin escrúpulos.


Una irlandesa vecina de A Coruña figura además como oficial en la armada, Elena Nidonoch, en 1603. Esta coruñesa adoptiva será pues la primera mujer oficial de la Real Armada y del arma de la Infantería de Marina en Europa. La única irlandesa con puesto de entretenimiento en la armada en esta época. Como la pontevedresa de origen monfortino Isabel Barretto en la misma época es nuestra primera almirante. Mujeres armadoras de barcos e incluso piratas ya las hubo en época normanda. Así, numerosas naves normandas eran mandadas y tripuladas en su totalidad por mujeres. Es el caso de Rusla de Noruega, hija del reyRieg y hermana de Tesandus, que fue desposeído de su trono por el rey Omund de Dinamarca.


La muchacha primero armó un barco y con el tiempo se hizo con una flota entera, con la que atacó a todas las naves danesas que pudo, para vengarse de la afrenta inferida a su hermano. En contra de lo que se podría pensar, fue Tesandus quien la capturó, tras el naufragio de su drakkar, y la sujetó por sus trenzas mientras sus hombres la mataban con los remos (el rey Omund había conseguido atraer bien al príncipe hacia su causa después de adoptarlo). En los tercios españoles en Indias, la vasca Catalina de Erauso llegó a alférez en la Guerra del Arauco en 1619. En la Invencible iban mujeres embarcadas, en la conocida como “urca de las mujeres”. A Coruña, tendrá pues un lugar muy importante para el exilio irlandés y para las misiones o formación de escuadras de apoyo a la causa rebelde. Desde 1587 a 1610 hasta 2.000 irlandeses figuran incorporados a los ejércitos españoles. En 1603 numerosos irlandeses acuden a España y se ponen al servico de rey.


En 1607 se exilian los nobles O´Neill y O´Donnel, cabecillas de los clanes rebeldes o “salvajes”. En los siglos XVII y XVIII hasta 30.000 hijos de Erín servirán en los tercios hispanos. En principio son soldados mercenarios, no vasallos, salvo los capitanes que deberán jurar fidelidad al rey. Muchos actúan en calidad de entretenidos, a su disposición y a su costa, buscando hazañas y méritos para destacar, por lo que se apuntan a misiones especializadas como los modernos comandos. A los irlandeses se les considera a todos los efectos desde el primer momento como españoles en los tercios y luchan al lado de los peninsulares. Habrá obispos exiliados: Strong, Naugten, Ryand. Y nobles: Lacey, Struckley, O´Donnell, O´Neill. La firma de la paz de 1604 entre España e Inglaterra supondrá un duro golpe para las ansias emancipadoras irlandesas. Pero a la primera etapa bélica de los rebeldes (1587-1604) seguirá una segunda no menos intensa, 1630-1635.Decidió rehuir un nuevo combate y tomar rumbo norte con sus capturas.

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