jueves, 10 de abril de 2014

La voladura controlada de la UCD


Hay quién sostiene que la UCD era la crónica de una muerte anunciada.
Xosé Manuel Lema



La Unión de Centro Democrático nace un 3 de mayo de 1977, se reproduce y gana dos elecciones generales y muere después de una dura agonía. El acta de defunción se firma en febrero de 1983.


“La UCD sufrió una voladura controlada” me dice Pablo González Mariñas, que llegó a ser diputado autonómico y secretario provincial de la formación en A Coruña. Tiene claro que “Fue un partido diseñado para afrontar la transición y ser volado” posteriormente. La voluntad de apostar por un sistema bipartidista provocó movimientos que facilitaron el derrumbamiento del partido de Suárez.




Aún con la marcha de Adolfo Suárez, hay quién persevera en la idea de salvar a la UCD. Uno de esos combatientes centristas es Enrique Marfany, presidente del partido en Galicia y miembro de la ejecutiva nacional.


“La campaña de 1982 fue la más dura de mi vida” dice Marfany Oanes. El fracaso es evidente y la enfermedad irreversible. De 168 diputados se pasa a 12. Es la crónica de una muerte anunciada. “No podíamos dejar a la gente tirada sin siglas. Luchamos pero no se pudo evitar. Cuando un edificio comienza a derrumbarse es muy difícil evitarlo” apunta.


Enrique Marfany nos regala otra conclusión:“Es un caso único en Europa, donde un partido desaparece después de ganar las últimas elecciones”. Un dato para reflexionar.


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